Se convoca a la vieja guardia. Ya no sólo podemos arreglar el país y el mundo en beódas reuniones de tarde en tarde. Siguiendo una idea del amarillo aquí podemos enderezar el rumbo de nuestro paí... conjunto de naciones plurinacional, pluricultural, plurilingüe y pluritalantera, reinvidicar su historia... o lo que nos de la gana. Al principio no vais a escribir... pero ya entraremos en algún tema polémico y no podreis resistiros.

jueves, 11 de septiembre de 2008

LA CRISIS, LA RECESIÓN y luego se me va la bola

Estamos en crisis. Qué digo! Estamos en recesión! Pero no se os preocupeis que no es problema.

Según nuestro amigo Solbes, las crisis y las recesiones son buenas. ¿Pero este no era el que decía hasta ayer que no había crisis? El mismo. Pero estaba equivocado y ahora tiene razón. Una buena recesión, de esas de estar algunos años generando desempleo, aumentando el déficit, recortando beneficios sociales e incrementando la delincuencia permite a la sociedad equilibrarse.

De todos modos como ya os he dicho, no os preocupeis que Rodriguez, José Luis (No Marlboro ni el puma, sino ZP) todavía sabe hacer senderismo por los montes de León. Además, con lo que aprendió en aquellas dos tardes famosas (serán las únicas que ha estudiado algo, de haber acontecido tal situación) no debemos tener ninguna preocupación respecto a la eficacia de todas y cada una de las medidas que se van a adoptar. Nada mejor que devolver 400 euros a la gente, denle el premio nobel ya!!

Hablando de premios, esto de los Premios Principes de Asturias es una vergüenza provinciana. Se lo dieron a un tal Alonso por no ganar nada y, a los dos años se lo tienen que dar a Michael que tenía tropecientos campeonatos cuando lo ganó Alonso. (Pero Alonso es Asturiano, oiga).

Al año siguiente se lo dan a la selección española de baloncesto por ganar un mundial y olé!! Vamos que hay que darle el premio al que gane el mundial de baloncesto cada dos años y al que gane el de futbol cada cuatro.

Y ahora se lo dan a Rafa Nadal. Gran deportista. Pero recuerdo que Federer todavía no lo tiene y multiplica por cinco todos los exitos que tenga nadal (excepto Roland Garros). Por lógica dentro de dos años se lo darán a Federer. Vaya mierda de premios!! Aunque como sigan así de regionalistas a lo mejor en diez o doce años nos lo dan a los héroes del Varta Baterias, campeones en futbito y ejemplo de amistad, honor, solidaridad y caridad.

Bueno, que estaba aburrido en el AVE y me he acordado de este blog. Ya se que no he seguido ningún tema coherente ni tiene ninguna relación con el fondo del mismo, acato la decisión que el Sr. Trenado pueda adoptar respecto a borrarlo o no. Él es el jefe.

Un abrazo si me leeis y si no lo haceis... que os den.

martes, 3 de junio de 2008

VASCOS Y LA HISTORIA

Vaya por delante que si un dia la gran mayoria vasca decide independizarse por mi vale. Ojo, la gran mayoria, no el 50,01%, que para un tema tan drastico no todo es blanco y negro, tambien caben grises para ser justos con todo los vascos. Que entre ser independientes y ser parte de España caben otras posibilides, como ser la region con mas autonomia de Europa.

Pero decia que por mi vale -si eso quieren todos- porque lo de la indivisibilidad y eternidad de las patrias no me lo trago. No hay cosa mas flexible y maleable que las fronteras y composicion de una nacion -la nuestra o cualquiera otra- y a la historia me remito.

Lo que no trago es que, en el proceso, me roben la Historia, la mia y la de todos. Porque la Historia es lo unico que tenemos. No hay mas. El presente no hay forma de agarrarlo, se escurre entre los dedos. El futuro ni siquiera lo hemos visto de cerca. Pero el pasado, la Historia, si que lo posemos. Yo al menos tengo unos cuantos trozos por mis estanterias y en mi cabeza.

Asi que puede que España no sea en el futuro, no lo se. Pero España ha sido en el pasado -y bien gorda que ha sido- por mucho que le pese a algunos. Asi que por ahi no paso, puedo respetar que se defiendan hasta las ideas que me parezcan mas estupidas, pero cuando vienen acompañadas de malicia, mentira y hurto mayor, se acabo el respeto.

A colacion de este tema traigo un articulo de Perez Reverte que me ha encantado. Y en contra de lo normal no destila bilis si no mas bien, resignacion y tristreza:

CORTOS DE RAZONES, LARGOS DE ESPADA

ARTURO PÉREZ-REVERTE

Eres joven y guipuzcoano, según deduzco por tu carta y el remite. Escribes como lector reciente de la última aventura de nuestro amigo Alatriste, contándome que es el primer libro de la serie que cae en tus manos. Te ha gustado mucho, dices, excepto el hecho «poco riguroso» y «poco creíble» de que una galera española estuviera tripulada por soldados vizcaínos que combatían al grito de Cierra, España; en referencia a la Caridad Negra, que en los últimos capítulos combate a los turcos, en las bocas de Escanderlu, llevando a bordo a la compañía del capitán Machín de Gorostiola. Y añades, joven amigo –lo de joven es importante–, que eso no disminuye tu entusiasmo por la historia que has leído; pero que el episodio de los vizcaínos te chirría, pues parece forzado. «Metido con calzador –son tus palabras– para demostrar que los vascos (y no los vascongados, don Arturo) estábamos perfectamente integrados en las fuerzas armadas españolas, lo que no era del todo cierto.»

Son las siete últimas palabras del párrafo anterior las que me hacen, hoy, escribir sobre esto; la triste certeza de que realmente crees en lo que dices. Te gusta la novela, pero lamentas que el autor haga trampas con la Historia real; la auténtica Historia que –eso no lo cuentas, pero se deduce– te enseñaron en el colegio. Así que, con buena voluntad y con el deseo de que yo no cometa errores en futuras entregas, me corriges. Debería, a cambio, escribirte una carta con mi versión del asunto. El problema es que nunca contesto el correo. No tengo tiempo, y lo siento. Esta página, sin embargo, no es mala solución. La lee gente, y así quizá evite otras cartas como la tuya. De paso, extiendo mi respuesta a la cuadrilla de embusteros y sinvergüenzas de los sucesivos ministerios de Educación, de la consejería autonómica correspondiente, de los colegios o de donde sea, que son los verdaderos culpables de que a los diecisiete años, honrado lector, tengas –si me permites una expresión clásica– la picha histórica hecha un lío.

Machín de Gorostiola es un personaje ficticio, como su compañía de infantería vizcaína. En efecto. Pero uno y otros deben mucho al capitán Machín de Munguía y a los soldados de su compañía, «la mayor parte vascongados», que, según una relación del siglo XVI conservada en el Museo Naval de Madrid, pelearon como fieras durante todo un día contra tres galeras turcas, en La Prevesa. En cuanto a lo de Cierra, España, ni es consigna franquista ni del Capitán Trueno. Quien conoce los textos de la época sabe que, durante siglos, ése fue usual grito de ataque de la infantería española –en su tiempo la más fiel, sufrida y temible de Europa–, que en gran número, además de soldados castellanos y de otras regiones, estaba formada por vizcaínos; pues así, vizcaínos, solía llamarse entonces a los vascos en general, «a veces cortos de razones pero siempre largos de bolsa y espada». Y guste o no a quien manipuló tus libros escolares, amigo mío, con sus nombres están hechas las viejas relaciones militares, de Flandes a Berbería, de las Indias a la costa turca. Los oprimidos vascos fuisteis –extraño síndrome de Estocolmo, el vuestro– protagonistas de todas las empresas españolas por tierra y mar desde el siglo XV en adelante. Ése fue, entre otros muchos, el caso de los capitanes de galeras Iñigo de Urquiza, Juan Lezcano y Felipe Martínez de Echevarría, del almirante Antonio de Oquendo, su padre y su hijo Miguel, o de tantos otros embarcados en las galeras del Mediterráneo o en la empresa de Inglaterra. Las relaciones de Ibarra, Bentivoglio, Benavides, Villalobos o Coloma sobre las guerras del Palatinado y Flandes, los asedios, los asaltos con el agua por la cintura, las matanzas y las hazañas, las victorias y las derrotas, hasta Rocroi y más allá incluso, están salpicadas de tales apellidos, sin olvidar las guerras de Italia: en Pavía, por ejemplo, un rey francés fue capturado por un humilde soldado de Hernani, en el curso de una acción sostenida por tenaces arcabuceros vascos. Y te doy mi palabra de honor de que aquel día todos gritaron, hasta enronquecer, Cierra, España: voz que, en realidad, no tenía significado ideológico alguno. Sólo era un modo de animarse unos a otros –eran tiempos duros– diciéndole al enemigo de entonces, fuera el que fuera: Cuidado, que ataca España.

Así que ya ves, amigo mío. No inventé nada. El único invento es el negocio perverso de quienes te niegan y escamotean la verdadera Historia: la de tu patria vasca –«La gente más antigua, noble y limpia de toda España», escribía en 1606 el malagueño Bernardo de Alderete– y la de la otra, la grande y vieja. La común. La tuya y la mía.

viernes, 11 de abril de 2008

RECONQUISTA DE GIBRALTAR POR LOS XEREZANOS

Este relato lo firma D.Javier Piñero en agosto de 1892. Os recomiendo que echéis un vistazo al original, dejo enlace abajo.


Corría el año de 1462, ocupaba el trono de San Fernando el débil rey Enrique IV. Juguete este príncipe de la anárquica nobleza de su desgraciado tiempo, sin voluntad propia ni energía para hacerse respetar, habiendo dejado escapar la corona de Aragón que le ofreció aquel Reino, arrastraba por el suelo la dignidad real, sin aliento para refrenar los desmanes de los soberbios magnates, ni ánimo para guerrear con los enemigos de su patria.

Enmedio de tantos disturbios, iniquidades y traiciones, la nobilísima ciudad de Xerez de la Frontera fue de las pocas que, permaneciendo fiel y leal á su Rey legítimo, no solamente no tomó parte en las turbulencias y parcialidades que desgarraban á Castilla, sino que dando ejemplo de patriotismo y cívicas virtudes, conquistó por el esfuerzo de sus hijos la más importante plaza fuerte de la Península.

Todo era animación y desusado movimiento en la mañana del martes 17 de Agosto, en la fuerte y frontera ciudad de Xerez; tañía á rebato la campana de la antigua mezquita, convertida desde la Reconquista en católico templo bajo la advocación del Patrón San Dionisio, y al rumor de atabales y pregones, agolpábanse caballeros, hijos-dalgos y pueblo delante del atrio de su puerta mayor; gran entusiasmo había en toda la ciudad, puescorrían voces de que se trataba de salir á pelear contra los moros.

Bajo las dovelas del árabe pórtico, de pié sobre las gradas que dan acceso al templo, veíase un caballero de gentil apostura, que tenía en sus manos un pliego, el cual leía en voz alta; era Gonzalo de Ávila, corregidor de la ciudad y Maestre-Sala del Rey. Rodeábanle gran número de regidores y de caballeros, y un inmenso gentío pululaba en la plaza a donde iba afluyendo una multitud ébria de entusiasmo y ansiosa de gloria; había venido la carta de la villa de Castellar; escribióla Alonso de Arcos, Alcaide de Tarifa; pedíase por ella auxilio al Concejo de Xerez para marchar sobre los moros de Gebal Tarik, y anunciábase que también se había escrito con el mismo fin á las ciudades de Medina Sidonia y Alcalá de los Gazules. Grande fue el deseo de partir al combate, que se despertó en los pechos de los xerezanos; después de la lectura corrieron en tropel á las casas del Cabildo, donde se dieron órdenes para que se armasen, segun costumbre, todos los hombres de á pie y de á caballo, que estuvieran disponibles.

Escribiéronse cartas á Rota y otras villas, y animóse la ciudad en todo el día y aquella noche con el rumor de los bélicos preparativos.

Era en aquella época la ciudad de Gibraltar plaza importantísima, pues siendo el límite meridional de Reino granadino, era el punto más apropósito para recibir los refuerzos de los moros africanos, que en pocas horas podían atravesar el Estrecho: bien habían comprendido su importacia estratégica los Reyes de Castilla, y bién cara pagó su obstinación el onceno de los Alfonsos, muriendo delante de sus muros en 1350, después de inútil y porfiado cerco.

Ya en el año 708 de los árabes, ó sea en 1306 de nuestra era, había sido reconquistada por vez primera Gibraltar, habiéndose perdido segunda vez a manos del valeroso Muhamed ben Ismail, Rey de Granada, quien á su vez tuvo que cederla al africano Abul Hasan, Rey de Fez y dueño de Ceuta. Ya el hijo de Aben-Ismail, llamado Muley Abul Hacen, caballero valiene y animoso había hecho algaras y corrido las tierras andaluzas, sembrando el espanto y la muerte en los campos cristianos, aunque habían sido desbaratadas sus huestes por los fronteros de Osuna, en 1460 había vuelto con mayor éxito aprovechándose del estado de desórden en que tenía el Reino, la indolencia y debilidad del cuerto Enrique de Trastamara; las ciudades de Andalucía estaban inquietas, pero no se atrevían por falta de recursos y de caudillos á emprender una iniciativa peligrosa, contra sus naturales y eternos enemigos.

En estas circunstancias llegóa á Xerez la carta de Castellar.

Era el amanecer del 18 de Agosto; el sol ardiente del privilegiado Andálus, doraba con sus primeros rayos una lucida, aunque corta legion compuesta de cuatrocientos de á caballo y mil seiscientos ballesteros y lanceros de á pié, que salía por la Puerta del Real de la antigua é histórica Céret. Los fuertes guerreros que componían esta hueste, acababan de orar en la capilla de Nuestra Sra. del Humilladero, señal de que se disponían a combatir, y de que alguna empresa grande meditaban. Iba a su frente el ilustre caballero xerezano Gonzalo de Avila, seguido de lo más granado de la nobleza xerezana, cabalgando en briosos corceles, sonaban con rumor bélico las lanzas puestas en las cujas, contra los escarpes, grebones, canilleras y espuelas de aquellos hombres de hierro; lucían á la espléndida, primera luz de la mañana, las blancas sobrevestes de los caballeros adornadas con las vistosas cruces de las militares órdenes, y caían, plegándose sobre corazas y coseletes de acero, ó sobre cotas de férrea y tupida malla, limpias por el continuo batallar y abolladas por el rudo golpe de enemigas armas; que estaban los xerezanos templados de antiguo en el duro ejercicio de la guerra, ya encarnado en su vida y en sus costumbre.

Del centro de aq2uella lucida cabalgata, que se movía con vivo centelleo, retratando en los arneses los reflejos de un sol esplendoroso, como chispas de fuego, entre las nubes de blanco polvo que movían los poderosos piés de los caballos, destacábase majestuoso un grande y morado pendón, en cuyo centro se veían once medias lunas tornasoladas con resplandores de oro. Era el pendón glorioso de los Beni-Merines, salpicado con generosa sangre xerezana, y ganado en otro tiempo al rey moro Alboacen, por el caballero xerezano Aparicio Gaitan, en la célebre batalla del Salado; ostentábalo en alto el alférez Pedro Nuñez, henchido de gozo y de orgullo, por llevar entre sus manos tan preciada y victoriosa reliquia.

Marchaban detrás en buen orden los peones mandados por sus almocadenes asemejando movible bosque las lanzas y picas tantas veces enrojecidas en sangre musulmana.

Agolpábase en las alturas de las murallas una multitud inmensa que despedía con vítores á los ilustres guerreros, pidiendo á Dios por el acierto de la cristiana y patriótica empresa.

A los dos días de la partida de esta lucida expedición, por mandado de Gonzalo López del Castillo, alcalde mayor, y Diego Martinez de Avila, corregidor, enviaron los xerezanos un refuerzo, consistente en ochenta y siete acémilas y una escolta de sesenta caballos, pero poco despues trajo Diego Diaz de Bonilla la agradable noticia de la rendición de Gibraltar á las victoriosas armas jerezanas.

En efecto, en la tarde del glorioso dia 20 de Agosto de 1462, después de porfiada resistencia había pactado el alcaide de Gibraltar, Mahomed Ceba (el leon), la entrega de la plaza á los caballeros de Xerez. Habian llegado también á la conquista los soberbios magnates andaluces, eternos rivales, D. Juan Ponce de Leon segundo Conde de Arcos, con su hijo D. Rodrigo, Marqués de Cádiz y don Juan de Guzman, Duque de Medinasidonia, teniendo la pretension de que se le rindiese la ciudad á cada uno de ellos: ya estaba pactada la entrega de la plaza, y estuvo a punto de malograrse la empresa, pues los poderosos magnates disponíanse á resolver entre ellos por las armas la contienda, pero el prudente y valeroso caballero Gonzalo de Ávila que iba en la vanguardia, mandó abrir las puertas de la ciudad, metiéndose primero con su gente, dispuesto á defenderla de lo soberbios rivales, pero apercibidos estos del movimiento de los xerezanos, adelantaron sus huestes, entrando todos en tropel en la fortaleza.

El Rey D. Enrique llamó á nuestro Regidor Pedro de Pinos, á quien dión instrucciones sobre la conservación de tan importante conquista, dando las gracias á los xerezanos por carta expedida en 2 de Septiembre del mismo año, firmada por el Rey y refrendada por Gonzalo Mendez, como consta en los archivos de esta ciudad.

El Duque de Medina y el Conde de Arcos que aspiraban al señorío de Gibraltar, tuvieron que retirarse mal de su grado, confirmando el Rey á sus ganadores los xerezanos, su guarda y tenencia, nombrando alcaide á Pedro de Porras, mandando se le diesen 100.000 maravedises, y saliendo además 100 caballeros de esta ciudad para la defensa de la plaza, y añadiendo la corona a sus títulos el nuevo y glorioso señorío de Gibraltar.

El dia 24 del mismo mes de Agosto volvió victorioso a la invicta Xerez el triunfante pendon, llamado por el vulgo Rabo de Gallo, despues de haber paseado su gloria por los muros de la inexpugnable Gibraltar; uniendo estos nuevos timbres á los ya inmarcesibles que ostentaba.

Digna de justo orgullo debe ser para los jerezanos esta fecha gloriosa del 20 de Agosto, aniversario de la reconquista, por sus mayores, de la plaza fuerte mas importante de nuestra patria, que para mengua de España y por la villana acción del almirante Rooke, domina hoy una bandera extranjera, manteniendo abiertas hondas heridas en todos los pechos españoles.

http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/rahis/01361734328258619043679/p0000001.htm

lunes, 7 de abril de 2008

'in memoriam' a un héroe de Jerez

Diego Fernández Herrera, es a diferencia de Alfonso X El Sabio, el héroe de Jerez y de los jerezanos. Aunque el segundo libró a la villa de la definitiva presencia musulmana, fue el hidalgo jerezano quien evitó con una acción de astucia, pero peligrosa -tanto que al final le costó la vida-, acabar con la intención de los moros de recuperar la ciudad.

Corría el año 1339, 27 de octubre y vísperas de los santos Simón y Judas-Tadeo (apóstoles). La historia recopilada en los Archivos Municipales, cuenta que apostados en el llano del Aina (La Ina), junto al río Guadalete, el príncipe Abú-Malik -hijo de Alboacén o Abul Hassan, (rey de Marruecos)-, juró poner cerco a Xerez y no levantarlo hasta tomarla o perder la existencia. Tras esta amenaza y ante la posibilidad de que se cumpliera, Diego Fernández Herrera, brindóse a ir al campamento moro y dar muerte a Abú-Malik, conocido en la historia por el príncipe Tuerto o Picazo.Vestido de moro salió de Xerez aquella noche y atravesando el arroyo del Testudo (Badalejo), llegó al campamento, donde por saber muy bien la lengua arábiga, penetró fácilmente y se colocó cerca de la tienda del Infante. Según lo con él convenido, salieron de Xerez el día posterior (28 de octubre) los caballeros y peones, auxiliados por los mil caballeros de las mesnadas, que aquí heredó Alfonso XI. Una vez llegados al cerro Cabeza del Real, donde instaló Abú-Malik su tienda, sobre la medianoche, se dio la orden de acometer el campamento moro. El sonido de las trompetas, el relinchar de los caballos y el estrépito de las voces, despertó a Abú-Malik, quien requirió sus armas. Fingiéndose su escudero, Diego Fernández Herrera aprovechó la ocasión arrojándole su lanza, la cual le atravesó el pecho. Con pies en polvorosa, el caballero jerezano fue descubierto por su monta cristiana, por lo que fue perseguido por algunos árabes, que le infringieron tanta heridas y tan graves, que murió a los quince días de su hazaña. Fue enterrado en una cripta de la parroquia de San Marcos.
Fue recompensado con el título de libertador del pueblo jerezano con que ha sido conservada su memoria.
En 1782, haciéndose las primeras excavaciones en San Marcos, se halló su cadáver.
También se la rotuló en 1890 con el nombre de Egido.

viernes, 28 de marzo de 2008

QUIEN TENGA HONRA, QUE ME SIGA

Tras éste grito de nuestra protagonista, tuvo lugar otra de las grandes victorias españolas sobre los ingleses...y otra de las grandes desconocidas... typical spanish.

MARÍA PITA

Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, acaecido en Coruña, provincia de Galicia, España, en el siglo XVI. Su nombre verdadero fue María Mayor de la Cámara y Pita.
Se ignoran también los pormenores de su infancia, ya que adquiere notoriedad hasta 1589 debido a su valiosa participación en el rechazo popular a la invasión inglesa, que impidió la conquista de La Coruña, con la consiguiente humillación del famoso pirata inglés Francis Drake.
Menos de un año después del desastre de la Armada Invencible, aparecieron en altamar 30 barcos y 17 mil soldados al mando de sir Francis Drake y de sir John Norreys, cuyo propósito era apoderarse de la ciudad, o cuando menos destruirla, en represalia por la fallida expedición española que Felipe II ordenó contra Inglaterra y que precisamente había partido del puerto de Coruña.

Francis Drake no fue otra cosa que un corsario, es decir, un pirata que atacaba a los enemigos de Inglaterra en cumplimiento de las misiones que le encargaba Isabel I. Drake navegaba en sus propios barcos, se quedaba con una parte del botín y hacía el trabajo sucio propio de las conquistas. De muchas maneras era un acuerdo fuera de la ley que beneficiaba a la corona inglesa.

En la segunda mitad del siglo XVI los españoles, que acababan de conquistar el continente americano y comenzaban a extraer de sus minas cargamentos de oro y plata, eran los enemigos a vencer de Inglaterra. En la guerra de rapiña que entablaban ambas potencias, Drake no sólo ambicionaba riquezas, sino gloria y poder, que obtuvo gracias a sus ataques bárbaros y sanguinarios.

En cuanto soldados y corsarios ingleses tocaron tierra coruñesa comenzaron a hacer grandes destrozos. Eludieron el fuego de las baterías que protegían a la ciudad y desembarcaron al fondo de la ría, encaminándose desde allí por tierra hacia el recinto amurallado.

El asedio y la lucha se prolongaron durante semanas y los pobladores de La Pescadería resistieron, pese a las minas que los invasores hicieron explotar en las murallas. Sangrientos fueron los ataques que el enemigo, en número de 12 mil hombres, hizo a la ciudad, apenas defendida por las escasas fuerzas de que disponía su gobernador, el marqués de Ceralvo.
El 14 de mayo, después de que estallara una de las minas que abrió brecha a los invasores, éstos pudieron subir a la muralla y se enfrentaron cuerpo a cuerpo con los defensores. En el encarnizado combate murió el marido de María Pita, Gregorio Rocamunde. Un cronista anónimo relata los pormenores: “un alférez enemigo, con una bandera en la mano, subía por la brecha, animando con la voz y el ejemplo a los suyos; pero una de las mujeres que allí estaban, llamada María Fernández de la Cámara y Pita, tuvo el acierto de matarle, según unos de una pedrada, según otros de un arcabuzazo, suceso que acobardó a los enemigos”. Sin duda esto dotó de nuevos bríos a los coruñeses que estaban a punto de rendirse.

Dos horas duró el asalto tras el cual los ingleses intentaron retomar la ofensiva, sin éxito, hasta que Drake, humillado y desengañado de su tentativa de conquista y dadas las graves pérdidas, ordenó izar las velas de su galeón el Golden Hind (La cierva de oro) y de los otros navíos.
Felipe II otorgó a María Pita el grado y el sueldo de Alférez de los Tercios por el resto de su vida, merced que perpetuó Felipe III para sus descendientes.

Sobre Francis Drake ha corrido mucha tinta; recibió el trato de sir, que le otorgara la reina, y fue reconocido también como el primer navegante que cruzó todo el Pacífico, hazaña que no logró completar Magallanes. Se ha escrito que nunca lo derrotaron “sus enemigos humanos, sino una fuerte fiebre que le ocasionó la muerte, en 1596, en el Caribe”, pero pocos saben que el coraje de una mujer al frente de un pueblo mal pertrechado, lo obligó a emprender la retirada.

María Pita, afortunadamente, desde siempre ha sido reconocida en su tierra natal. Anualmente (agosto) en Coruña se celebran fiestas en su honor, sin que falten la plaza, el monumento y desde luego la sala que lleva su nombre y que preside su retrato en el Museo Regional. Aún más: María Pita es un gran referente, tan actual que los cronistas deportivos no dudan en mencionarla incluso para subir la moral del equipo gallego de futbol.